FUTURE FAKING DE NARCICISMO
-FALSIFICACIÓN DE FUTURO-
En la mitología griega y romana las personificaciones del destino se daba a través de tres hermanas hilanderas, que vivían en el Hades; ellas, eran quienes confeccionaban el destino que luego entregaban a cada persona y según la longitud y tipos de hilo de esa confección, así sería la vida y duración que tendría esa persona con una parte de bien y de mal que llevaría a lo largo de la vida. De tal modo que, el destino o futuro pareciera que no fuera una casualidad sino, la consecuencia del acto de hilar y de tejer de tres divinidades que reciben el nombre de las tres Moiras o, para los romanos, las tres Parcas. La cuestión es que la certeza o curiosidad del ser humano por saber o tener control sobre el futuro los arroja, en ocasiones, a realizar o tomar ciertas acciones que los hace pensar que pueden influir en lo que pudiese depararles la vida; sin embargo, lejos están del tener presente las circunstancias que, como parte de ese posible destino, trae consigo individuos que sin ser divinidades o parientes de las Moiras o las tres Parcas son expertos en construir la falsificación futura o future Faking.
GHOSTING EMOCIONAL
La palabra fantasma (φάντασμα), para los griegos, se asociaba a la aparición o manifestación de algo con aspecto de ser real o inmaterial; en muchas ocasiones, suele asociarse a la imagen de una persona fallecida que puede aparecerse a los vivos; de hecho, se escuchan tantos relatos sobre fantasmas que puede causar, en las personas, la curiosidad o el temor ante lo desconocido que involucra lo sobrenatural y lo terrorífico. Para otras personas, los fantasmas no existen, no tienen una base en la realidad, y son simplemente una fantasía inventada por individuos que pueden confundir la realidad con la ficción. Sin embargo, mientras la creencia o no creencia en la existencia de fantasmas se ampare en la sin solución de continuidad entre escépticos y crédulos; la realidad del ghosting, supera los fenómenos fantasmagóricos o hasta espirituales, descritos en los cuentos y leyendas desde tiempos pasados.
Desde la psicología, el ghostear a alguien puede llegar a ser traumático porque se afecta principalmente a las emociones y para aquella persona que lo haya vivido o esté viviendo, los sentimientos que genera son de incertidumbre, frustración, culpabilidad, ansiedad y hasta dependencia a la utilización del celular por estar atentos al tener de nuevo contacto con él/ella ghosting. Este efecto “fantasma”, se asocia al comportamiento o la conducta de las personas que has visto, con cierta regularidad, y de repente ¡boom! corta toda comunicación, creando la ilusión de haber desvanecido de la faz de la tierra y sin explicación alguna; lo anterior, puede originar un impacto emocional tan grave como para acabar en cuadros de ansiedad o de depresión en la víctima. Ahora, para que se dé el ghosting, es necesario que exista una comunicación real y previa; es decir, que ya existiera una interacción y acuerdos entre las partes que se comunicaban; por tal razón, no se considera práctica ghosting el que no hubiese una comunicación fluida o interacción previa entre las personas; tampoco es ghosting el contacto o zona cero; el contacto cero es el límite que se pone a una persona manipuladora abusadora como mecanismo de protección. Entonces, para el caso de las personas que están interactuando con alguien, por deseo del entablar una amistad o una relación de pareja; existen tres prototipos de ghosting que suelen aparecer en escena:
El primer prototipo de ghosting, corresponde al sujeto que no es disponible emocionalmente, de actitud inmadura, vacía, superficial y de espíritu cobarde; es una persona que tiene miedo de enfrentarse con la incomodidad emocional que pueda generar entorno a la persona con la que interactúa y prefiere desaparecer, de manera intencional, sin explicación. Es el fantasma que prefiere (hombre o mujer) creer en su postura del ser simpático y simpáticamente desaparecer por miedo de confrontar situaciones difíciles que fracturen sus máscaras y revelen su realidad; así que, estos fantasmas consideran que el dejar en visto los mensajes, el no responder llamadas o el bloquear; es una manera aceptable de terminar las cosas ante las personas que hacía creer que tenía un buen vínculo emocional. Este tipo de 'ghosting' es difícil de digerir porque quien te lo hace no es cualquier persona, sino alguien en quien ya confiabas plenamente. Esto se siente como una traición al respeto y engaño a la confianza que se construyó durante ese tiempo de interacción con esa persona; por tal razón, es normal que la víctima de ghosting, sienta el vértigo ante cuestionamientos como: ¿hice algo mal?, ¿dije algo?, ¿hay algo malo en mí? ¿por qué desapareció?... Para que te sientas bien, no hiciste nada malo, sólo contaste con la fortuna o la desfortuna de encontrarte con un fantasma en tu realidad no paranormal y, por supuesto, no se tenía por qué sospechar de esa persona más aún, si existía, cierto vínculo de amistad o de relación emocional, mental y/o sexual. Es importante comprender que el ghosting, dice mucho más de la persona que te lo hace que de ti. Así que, por muy doloroso que sea el proceso, es mejor dejar que esas personas continúen con sus mil caras de postura simpática; hasta que, dentro de su proceso cognitivo, pueda reflexionar y decidir dar la cara para cerrar un ciclo que no tuvo un final real o para afianzar una muy buena relación sin repetir ciclos de ghosting. Algunas señales, de actitud, en estos fantasmas cobardes son:
- Reducen el tiempo para ver de nuevo a la persona.
- Usar la frase más usual: “estoy tan ocupado…”
- Sus respuestas se tornan más secas que el desierto de Sahara.
- Los mensajes son cortos y sencillos que no dan apertura al diálogo.
- Son evitativos al sentir que una relación se está volviendo cercana (en ocasiones, por baja autoestima o depresión, quieren evitar las críticas y la vergüenza, una razón para evitar una relación o la intimidad).
Visítanos en:
https://business.facebook.com/Psicomentdr/
https://www.instagram.com/psicomentdianaramirez/
EL LADO OSCURO DEL CORAZÓN
EMOCIONES SINIESTRAS
Se dice que a los humanos los habita un lado oscuro y que las personas pueden hacer cosas malas por conseguir estatus social, dinero, poder o placer sexual; pero, hay quienes actúan mal porque sí, porque eso es lo que son, causan daño porque o disfrutan sintiendo el dolor de los demás o no sienten el dolor de los demás, sus fines nunca justificaran sus medios y lo hacen sin razón alguna. Este prototipo de seres suele ser una mezcla extravagante de rasgos tendientes a la psicopatía, al sadismo, el maquiavelismo y al narcisismo. Son un perverso coctel de emociones retorcidas, una mutación cerebral que les hace incapaces de metabolizar o sentir emociones como: el amor, la compasión, la bondad. Pero, son muy sutiles al estudiar detenidamente el cómo se comportan los demás y aprenden perfectamente a reaccionar simulando sentir sentimientos.
Durante la historia, ciertas posturas religiosas y culturales, asignan este singular rasgo de personalidad a demonios encarnados para recrear la maldad que los anida. Sus víctimas, experimentan la destrucción de la mente por medio de situaciones caóticas, llenas de mentiras y manipulación. Estas personalidades trastornadas (o seres “endemoniados”) suelen ser difíciles de detectar, de distinguir o de comprender; por lo general, se disfrazan de personas encantadoras, carismáticas y hasta serviles. Sin embargo, hay sensaciones que los delatan; por ejemplo, cuando la fatiga, la incertidumbre y la confusión, entre otras enmarañadas emociones, se manifiestan en la psique de las víctimas, mientras el perverso o la perversa generan la oscura aureola que hace ver al otro como el generador de los problemas.
Lamentablemente, sea por miedo o por ignorancia, a este tipo de conductas maléficas, las personas preferirán creer al perverso y a su coctel de emociones retorcidas que al evidente agobio de los vulnerados. Las víctimas, están tan desgastadas y se sienten tan hundidas en la miseria que no encuentran la salida de lo que es un juego para los seres “mata mentes.” Desgraciadamente, ese continúo hostigamiento que anhela destruir el autoconcepto de la víctima conllevan, en casos extremos, a tomar decisiones como: El dudar de todo y de todos (con respecto a sí mismo) que hace, se origine, un perfil de persona insegura que busca en el sufrimiento, el dolor y la culpabilidad, alicientes para sentirse bien; asimismo, ven al perverso controlador como su protector, por el que se esmeran para ser su fuente de suplemento sexual o de asistencia inagotable. Otra vía de escape, es elegir el suicidio. La inducción al suicidio de la víctima, es el mayor logro y satisfacción que obtiene la persona perversa porque disfrutan, sádicamente, de la desintegración del otro.
Estos entes, no sufren de remordimientos, no tienen sentimiento de culpa, pero saben perfectamente diferenciar el bien del mal por las reacciones de los demás y por las consecuencias que ambas acciones generan entre las personas. Por tal razón, ejercen el mal naturalmente y aunque saben que sus actos son socialmente considerados como malos, no lo conciben como tal.
No todos llegan a ser criminales; sin embargo, la perversidad en estos seres, puede incitarlos a introducir conductas homicidas que asumirán, directa o indirectamente; tanto es así que para no usar sus propios medios, algunos de estos sujetos “maquiavélicos”, trasladan sus instintos a algo más terrible como la satisfacción del forzar a otros a cometer asesinatos. Son un perverso sistema de destrucción de conciencias con un perpetuo vacío interior y la única forma de no verse arrastrados hacia ese vacío es destrozando la vida de las personas. De ningún modo, serán capaces de simpatizar o preocuparse por el sufrimiento ajeno.
Como ejemplo de las características del coctel perverso, con habilidades de liderazgo y manipulación retórica, asociadas a uno de los eventos más devastadores de la historia humana; Adolf Hitler, político y militar alemán de origen austriaco, permanecerá en el imaginario colectivo como el mayor monstruo que la humanidad haya engendrado. Lo anterior, se evidencia en sus discursos, en sus actos y en las ideas que transmitió a través de sus escritos; que han permitido establecer algo semejante a un perfil psicológico. Aunque, los pensadores no son culpables de la repercusión que lleguen a tener sus escritos, se atribuye a F. Nietzsche, filósofo alemán, el haber persuadido la ideología nazi a través de la conceptualización del “superhombre.” Sin embargo, es un tema muy discutible en tal relación entre Nietzsche y el nazismo; la cuestión es… si Hitler leyó a Nietzsche, lo entendió desde su apreciación y, quizá, descontextualizó las ideas manifiestas en la obra del pensador alemán “Así habló Zaratustra” para llevar a cabo, la idea de la pureza de la raza y la superioridad étnica.
Para algunos especialistas, dentro del campo de la salud mental, este perfil de individuos o entes (que mezcla la psicopatía, el sadismo, el maquiavelismo y al narcisismo), difícilmente puede tratarse desde alguna técnica terapéutica; pues su falsa personalidad siempre actuará como un espejo que hace parecer a los demás culpables e inestables ante sus posturas y terminar por proyectasen como los que están sufriendo estados de conmoción que les ocasionan los otros; no obstante, el debate existe entre quienes piensan que sí es posible de tratar psicológicamente a estos entes. Por otra parte, están quienes opinan, desde factores neurobiológicos, que estos individuos o entes pueden sufrir de lesiones en la amígdala y la corteza prefrontal, involucrada con el experimentar y expresar las emociones o los sentimientos; por tal razón, es difícil que esta condición cambie al tratar de llenar ese vacío interior.
Visítanos en:
https://business.facebook.com/Psicomentdr/
https://www.instagram.com/psicomentdianaramirez/
HOY NO SOY SUJETO - ESTOY MELANCÓLICO
Se dice que a los humanos los habita un lado oscuro y que las personas pueden hacer cosas malas por conseguir estatus social, dinero, poder o placer sexual; pero, hay quienes actúan mal porque sí, porque eso es lo que son, causan daño porque o disfrutan sintiendo el dolor de los demás o no sienten el dolor de los demás, sus fines nunca justificaran sus medios y lo hacen sin razón alguna. Este prototipo de seres suele ser una mezcla extravagante de rasgos tendientes a la psicopatía, al sadismo, el maquiavelismo y al narcisismo. Son un perverso coctel de emociones retorcidas, una mutación cerebral que les hace incapaces de metabolizar o sentir emociones como: el amor, la compasión, la bondad. Pero, son muy sutiles al estudiar detenidamente el cómo se comportan los demás y aprenden perfectamente a reaccionar simulando sentir sentimientos.
Durante la historia, ciertas posturas religiosas y culturales, asignan este singular rasgo de personalidad a demonios encarnados para recrear la maldad que los anida. Sus víctimas, experimentan la destrucción de la mente por medio de situaciones caóticas, llenas de mentiras y manipulación. Estas personalidades trastornadas (o seres “endemoniados”) suelen ser difíciles de detectar, de distinguir o de comprender; por lo general, se disfrazan de personas encantadoras, carismáticas y hasta serviles. Sin embargo, hay sensaciones que los delatan; por ejemplo, cuando la fatiga, la incertidumbre y la confusión, entre otras enmarañadas emociones, se manifiestan en la psique de las víctimas, mientras el perverso o la perversa generan la oscura aureola que hace ver al otro como el generador de los problemas.
Lamentablemente, sea por miedo o por ignorancia, a este tipo de conductas maléficas, las personas preferirán creer al perverso y a su coctel de emociones retorcidas que al evidente agobio de los vulnerados. Las víctimas, están tan desgastadas y se sienten tan hundidas en la miseria que no encuentran la salida de lo que es un juego para los seres “mata mentes.” Desgraciadamente, ese continúo hostigamiento que anhela destruir el autoconcepto de la víctima conllevan, en casos extremos, a tomar decisiones como: El dudar de todo y de todos (con respecto a sí mismo) que hace, se origine, un perfil de persona insegura que busca en el sufrimiento, el dolor y la culpabilidad, alicientes para sentirse bien; asimismo, ven al perverso controlador como su protector, por el que se esmeran para ser su fuente de suplemento sexual o de asistencia inagotable. Otra vía de escape, es elegir el suicidio. La inducción al suicidio de la víctima, es el mayor logro y satisfacción que obtiene la persona perversa porque disfrutan, sádicamente, de la desintegración del otro.
Estos entes, no sufren de remordimientos, no tienen sentimiento de culpa, pero saben perfectamente diferenciar el bien del mal por las reacciones de los demás y por las consecuencias que ambas acciones generan entre las personas. Por tal razón, ejercen el mal naturalmente y aunque saben que sus actos son socialmente considerados como malos, no lo conciben como tal.
No todos llegan a ser criminales; sin embargo, la perversidad en estos seres, puede incitarlos a introducir conductas homicidas que asumirán, directa o indirectamente; tanto es así que para no usar sus propios medios, algunos de estos sujetos “maquiavélicos”, trasladan sus instintos a algo más terrible como la satisfacción del forzar a otros a cometer asesinatos. Son un perverso sistema de destrucción de conciencias con un perpetuo vacío interior y la única forma de no verse arrastrados hacia ese vacío es destrozando la vida de las personas. De ningún modo, serán capaces de simpatizar o preocuparse por el sufrimiento ajeno.
Como ejemplo de las características del coctel perverso, con habilidades de liderazgo y manipulación retórica, asociadas a uno de los eventos más devastadores de la historia humana; Adolf Hitler, político y militar alemán de origen austriaco, permanecerá en el imaginario colectivo como el mayor monstruo que la humanidad haya engendrado. Lo anterior, se evidencia en sus discursos, en sus actos y en las ideas que transmitió a través de sus escritos; que han permitido establecer algo semejante a un perfil psicológico. Aunque, los pensadores no son culpables de la repercusión que lleguen a tener sus escritos, se atribuye a F. Nietzsche, filósofo alemán, el haber persuadido la ideología nazi a través de la conceptualización del “superhombre.” Sin embargo, es un tema muy discutible en tal relación entre Nietzsche y el nazismo; la cuestión es… si Hitler leyó a Nietzsche, lo entendió desde su apreciación y, quizá, descontextualizó las ideas manifiestas en la obra del pensador alemán “Así habló Zaratustra” para llevar a cabo, la idea de la pureza de la raza y la superioridad étnica.
Para algunos especialistas, dentro del campo de la salud mental, este perfil de individuos o entes (que mezcla la psicopatía, el sadismo, el maquiavelismo y al narcisismo), difícilmente puede tratarse desde alguna técnica terapéutica; pues su falsa personalidad siempre actuará como un espejo que hace parecer a los demás culpables e inestables ante sus posturas y terminar por proyectasen como los que están sufriendo estados de conmoción que les ocasionan los otros; no obstante, el debate existe entre quienes piensan que sí es posible de tratar psicológicamente a estos entes. Por otra parte, están quienes opinan, desde factores neurobiológicos, que estos individuos o entes pueden sufrir de lesiones en la amígdala y la corteza prefrontal, involucrada con el experimentar y expresar las emociones o los sentimientos; por tal razón, es difícil que esta condición cambie al tratar de llenar ese vacío interior.
Visítanos en:
https://business.facebook.com/Psicomentdr/
https://www.instagram.com/psicomentdianaramirez/
HOY NO SOY SUJETO - ESTOY MELANCÓLICO
“Creo que la melancolía es, en suma, un problema musical: una disonancia, un ritmo trastornado. Mientras afuera todo sucede con un ritmo vertiginoso de cascada, adentro hay una lentitud exhausta de gota de agua cayendo de tanto en tanto.”
Alejandra Pizarnik.
En el estado anímico, no sólo existen sentimientos de felicidad; la melancolía, llamada en la antigüedad como enfermedad del alma, fue diagnosticada por Hipócrates, médico de la antigua Grecia, como un peso particular que se lleva en el cuerpo y su causa un exceso de bilis negra. Aristóteles, pensador ateniense, definió la melancolía como esa característica particular que tienen los individuos que se han distinguido en la filosofía, en la poesía y en las artes; a todos ellos, los habitó, según el pensador, una especie de fuerza que los llevó a la autodestrucción. Lo anterior, permite abrir el debate al relacionar la melancolía, con el genio y la locura o los delirios con la producción poética y el arte en general. De manera que, la melancolía resulta tan atrayente como confortable que puede llegar a ser recurrente y hasta permanente en el tiempo y espacio de la psique humana.
Hablar de melancolía en la actualidad; es hablar de depresión, una mezcla hecha de intensa tristeza con sentimientos de pesimismo, irritabilidad, culpa e intranquilidad, con un alto riesgo hacia las ideas de muerte y al acto suicida. Por lo general, la depresión se presenta como un estado de inhibición o un síntoma bajo la forma de angustia que conlleva, en ocasiones, alterar el pensamiento y el comportamiento de las personas que la padecen.
Según la OMS, “se calcula que más de 322 millones de personas, en el mundo, padecen algún tipo de depresión. Y Colombia, según la OMS, se encuentra entre los altos promedios de depresión con el 4,7 % de los colombianos que sufren esta condición.” [1] Sarcástico pensar que la depresión, más que una pandemia, genere porcentajes tan elevados de afectación anímica, en las personas, a nivel mundial.
El sentimiento depresivo, genera momentos de agobio y estrés al recordar situaciones en las que se ha sido feliz o triste. Sin embargo, la persona, puede evocar momentos felices del pasado sin generar ansiedad y ser, a su vez, los recuerdos una vía de escape ante ésta inquietante sensación de pesadez. El individuo depresivo, vive como si el presente y el futuro próximo no tuvieran situaciones por las cuales ser feliz; pareciera que todo tiempo pasado fuera mejor y el presente se torna en una sensación de lentitud exhausta y densa; algunos factores considerados como detonantes depresivos son: La soledad, dificultades financieras, problemas en el matrimonio o en las relaciones de pareja, ser víctima de abuso y/o abandono, la migración, problemas de salud, pérdida de seres queridos, pérdida de trabajo, consumo de sustancias psicoactivas; entre otros. Para combatir la depresión o melancolía, es importante que, desde el ámbito de la psicología, se oriente y se acompañe a la persona desde técnicas de psicoterapia que permitan asimilar y afrontar los pensamientos negativos que conllevan a la autodestrucción mental y física.
Cuando la gravedad de la melancolía llega al estado de trastorno debe tratarse como una enfermedad y es vital iniciar un tratamiento especializado que permita el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina con el propósito de mejorar el estado del ánimo, regular los ciclos de sueño-vigilia y el reloj biológico.
La depresión o melancolía, de la que poco se conoce su bioquímica y origen en quienes la padecen; puede ser abordada, desde la perspectiva fenomenología, para entender las muchas causas y modificaciones del sujeto que la lidia como un trastorno mental. De hecho, la depresión no, necesariamente, implica la razón por la que una persona acuda a un psicólogo; por tal razón, la tarea del profesional, en esta rama de la salud mental, es entrever más allá de lo que el paciente expresa, para poder detectar, sutilmente, esta psicopatología mientras la persona narra sus experiencias internas. De lo contrario, este sentimiento de agobio pasaría a ser inadvertido y visto como una mera expresión intensa de X emociones negativas.
Para muchas personas, la depresión es el acto a la potencia del proceso creativo; así, artistas a lo largo de la historia se han dejado poseer de esta patología como musa de inspiración; por ejemplo, León Tolstoi, es más recordado por sus novelas de corte universal, que por su padecimiento melancólico descrito en su ensayo ‘Mi confesión”: “Mi vida se había detenido de golpe. Podía respirar, comer, beber, dormir. En realidad, no podía evitar hacerlo, pero no había una vida verdadera en mí” [2]. Tolstoi, fue crítico de sí mismo y cuando su depresión empeoró, siempre se recriminó no haber tenido el valor de suicidarse. De igual manera, la depresión se representó así misma a través de las obras de artistas como: Ernest Hemingway, Alejadra Pizarnik, Fran Kafka, Virginia Woolf, Francisco de Goya y Edgar Allan Poe; entre otros.[1] Informe OMS. Recuperado de: https://www.javeriana.edu.co/mentalpuntodeapoyo/?p=281
[2]Recuperado de: www.lectulandia.com Libro Confesiones; Pág. 15 cap. IV
http://olimpiadasquindio.ddns.net/principal/bibliotecags/Confesion%20-%20Leon%20Tolstoi.pdf
0 comments:
Publicar un comentario